La lluvia y la corriente de los ríos son muestras
de este movimiento. El agua pasa continuamente
de unos lugares a otros del planeta: de la atmósfera
cae a la tierra, a los ríos y los mares, y de todos éstos,
por evaporación, vuelve a la atmósfera. Este movimiento
continuo del agua de unos puntos a otros
es lo que se denomina ciclo del agua.
En el ciclo del agua intervienen también los seres
vivos. Por ejemplo, los árboles mueven una gran cantidad
de agua: la absorben del suelo por sus raíces
y pierden una parte de esta agua por sus hojas.
El aporte de agua a la atmósfera por parte de las
plantas se denomina evapotranspiración, y es un
agente importante en el movimiento del agua entre
la biosfera, la atmósfera y la hidrosfera.
Aunque el agua circula sin parar, hay zonas en las que
abunda y otras en las que es escasa. Este hecho está
relacionado con el clima, que es diferente en distintas
zonas de la Tierra, a causa, entre otros factores, de
las diferencias en la radiación solar recibida, y al reparto
de vientos y precipitaciones debido a la circulación
atmosférica.
Las zonas más húmedas del planeta son los trópicos
y el Ecuador. En estos lugares, la lluvia es muy abundante.
En las zonas templadas del norte de Europa,
Asia y América también llueve lo suficiente para que
nunca falte agua. Las zonas más secas, en cambio,
se encuentran al norte y al sur de los trópicos, y en
ellas están casi todos los desiertos del mundo. En
contra de lo que cabría pensar, el clima de los polos
también es bastante seco.
La enciclopedia del estudiante
(PAU Baleares, junio de 2008, opción B)
Una vez habéis estudiado las características del lenguaje de las ciencias experimentales, tenéis que realizar el comentario del texto que os propone vuestro manual. Para facilitar la autoevaluación podéis consultar una propuesta de análisis que desglosa los aspectos significativos que debéis abordar en el comentario de esta tipología textual.
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