"Si tan sólo consideramos los medios prodigiosos, los avances astronómicos, las innovaciones productivas deslumbrantes y la acumulación de conocimientos, naturalmente hemos progresado. Pero antes de dar por buena la respuesta habría que preguntarse a qué fines se dirige toda esa actividad. El progreso no es sólo acumulación masiva y variada sin objetivos superiores. El progreso ha de tener un rumbo, una dirección y unos fines. Tener más de lo mismo no es suficiente: el progreso ha de consistir en ser mejores, en ser hombres más libres, más dignos, más justos, más solidarios. Y en eso no veo yo el progreso de la Humanidad: seguimos desgarrándonos en luchas por el poder económico, en nuestra incapacidad de vivir todos juntos a bordo de esta nave espacial que es la Tierra. Yo veo a los hombres obsesionados en ser más, no en ser mejores. Veo muchas conquistas materiales en el exterior del hombre, pero poco deseo de superarse a sí mismo. Lo veo aferrado a su creciente poder sobre el entorno, pero con poco poder ejecutivo sobre sí mismo. Para mí el progreso del hombre implica una vida interior más rica, más llena de vida realmente".
(José Luis SAMPEDRO: Cuarteto para un solista)
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