sábado, 3 de abril de 2010

El tiempo amarillo



"Algún día se pondrá el tiempo amarillo sobre mi fotografía"

El 28 de Marzo de 1942, con treinta y un años, falleció Miguel Hernández, víctima de un periplo infame por numerosas cárceles, que su debilitado organismo no pudo resistir.

Pronto tendremos oportunidad de hablar de La lluvia amarilla con Julio Llamazares. Recuperar estos versos de Miguel Hernández, del que estamos conmemorando este año el centenario de su nacimiento, establece un puente para el comentario.


Un carnívoro cuchillo
de ala dulce y homicida
sostiene un vuelo y un brillo
alrededor de mi vida.

Rayo de metal crispado
fulgentemente caído,
picotea mi costado
y hace en él un triste nido.

Mi sien, florido balcón
de mis edades tempranas,
negra está, y mi corazón,
y mi corazón con canas.

Tal es la mala virtud
del rayo que me rodea,
que voy a mi juventud
como la luna a mi aldea.

Recojo con las pestañas
sal del alma y sal del ojo
y flores de telarañas
de mis tristezas recojo.

¿A dónde iré que no vaya
mi perdición a buscar?
Tu destino es de la playa
y mi vocación del mar.

Descansar de esta labor
de huracán, amor o infierno
no es posible, y el dolor
me hará a mi pesar eterno.

Pero al fin podré vencerte,
ave y rayo secular,
corazón, que de la muerte
nadie ha de hacerme dudar.

Sigue, pues, sigue cuchillo,
volando, hiriendo. Algún día
se pondrá el tiempo amarillo
sobre mi fotografía.


(Miguel Hernández, El rayo que no cesa)

Escucha la versión de este poema de Poncho-K:


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