viernes, 30 de septiembre de 2011

Sobre extranjerismos



Este texto, que se emitió por primera vez en radio hace unos años y que después ha circulado con éxito en internet, permite reflexionar sobre el uso que hacemos de los extranjerismos en nuestra vida cotidiana.
Con esta texto volvemos a poner en marcha nuestra sección de PRE-TEXTOS, una excusa como cualquier otra para tomar postura respecto a los temas que nos interesan en el área de Lengua.

ACERCA DEL ESPAÑOL MODERNO

Desde que las insignias se llaman pins, los homosexuales gays, las comidas frías son lunchs, y la selección para intervenir en una película (un film) de cine castings, este país no es el mismo: ahora es mucho, muchísimo más moderno. Antes los niños leían tebeos en vez de cómics, los estudiantes pegaban pósters creyendo que eran carteles, los empresarios hacían negocios en vez de business, y los obreros sacaban la fiambrera al mediodía en vez del tupper-ware. Yo, en el colegio, hice aerobic muchas veces, pero entonces creía que hacía gimnasia.

Nadie es realmente moderno si no dice cada día cien palabras en inglés. Las cosas, en otro idioma, nos suenan mucho mejor. Evidentemente, no es lo mismo decir bacon que panceta o tocino, aunque tengan la misma grasa, ni vestíbulo que hall, ni inconveniente que handicap... Desde ese punto de vista, los españoles somos modernísimos. Ya no decimos bizcocho, sino plum-cake, ni tenemos sentimientos, sino feelings. Sacamos tickets, compramos compacts, comemos sandwiches, vamos al pub, practicamos el rappel y el rafting, en lugar de acampar hacemos camping y, cuando vienen los fríos, nos limpiamos los mocos con kleenex.

Esos cambios de lenguaje han influido en nuestras costumbres y han mejorado mucho nuestro aspecto. Las mujeres no usan medias, sino panties y los hombres no utilizan calzoncillos, sino slips, y después de afeitarse se echan after shave, que deja la cara mucho más fresca que el tónico. El español moderno ya no corre, porque correr es de cobardes, pero hace footing; no estudia, pero hace masters y nunca consigue aparcar pero siempre encuentra un parking.

El estudio de mercado ahora es el marketing; el autoservicio, el self-service; la clasificación, el ranking y el representante, el manager. Los importantes son vips, los puestos de venta stands, los ejecutivos modernos yuppies, las niñeras baby-sitters, y hasta nannies. En la oficina, el jefe está siempre en meetings o brain-storms, casi siempre con la public-relations, mientras la secretaria envía mailings y organiza trainings; luego se irá al gimnasio a hacer gim-jazz o practicar algo relacionado con body-tonic, y se encontrará con todas las de la jet, que vienen de hacerse liftings, y con alguna top-model amante del yogourt light y el body-fitness. Ah, y si después del ejercicio nos arreglamos a lo mejor estaremos fashion, pero dependerá del tipo de ropa que nos pongamos iremos in o out.


El viejo aperitivo ha dado paso a los cocktails, donde se hartan a bitter y a roast-beef que engorda lo mismo que la carne. En la tele, cuando el presentador dice varias veces la palabra O.K. y baila como un trompo por el escenario la cosa se llama show, bien distinto como saben ustedes, del anticuado espectáculo; si el show es heavy es que tiene carnaza y si es reality seguro que tiene algo de morbo. Entre medias, por supuesto, ya no ponen anuncios, sino spots que, aparte de ser mejores, te permiten hacer zapping.

Estas cosas enriquecen mucho. Para ser ricos del todo y quitarnos el complejo tercermundista que tuvimos en otros tiempos, sólo nos queda decir con acento americano una de las pocas palabras que el español ha exportado al mundo: la palabra siesta.

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9 comentarios:

  1. Desde mi punto de vista la entrada de extranjerismos en el castellano proporciona, además de una gran cantidad de vocabulario nuevo, una forma de familializarse con otras lenguas cercanas y la facilidad de aprendizaje de éstas.
    Aunque por otra parte, hay personas(principalmente gente mayor) a las que le supone un grande esfuerzo reconocer los extranjerismos ya que constantemente se van introdujendo.

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  2. Con el paso del tiempo, se está haciendo un uso abusivo de los anglicismos, eliminando así muchos términos de nuestra lengua aunque ya existiera un término para ello. Pero aun así, se ha producido un efecto contrario a este. Como por ejemplo, en el fútbol, lo que es el saque de córner ahora se vuelve a llamar saque de esquina. Desde mi punto de vista, se está produciendo el mismo cambio pero al revés. Es decir, que las palabras que utilizábamos en ingles, volvemos a llamarlas en castellano.

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  3. Que nuestra lengua evolucione es un hecho que ninguno de nosotros podemos evitar, no nos podemos negar al inevitable cambio. El problema viene cuando esta evoluciona de tal manera que pierde su identidad, deja de ser esta lengua y se convierte en otra totalmente diferente a la que era antes. Con la invasión de las nuevas tecnologías y la globalización del mundo los anglicismos han llegado a nuestras vidas con tanta fuerza que han sido capaces de cambiar en gran medida nuestra lengua. Si seguimos este rumbo el español dejara de ser el mismo y pasara a convertirse en una especie de "Spanglish" como el que se habla en algunas zonas de Sudamérica.

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  4. Por usar más extranjerismos no somos más modernos sino todo lo contrario porque se esta dejando de lado al propio idioma, aunque también he de decir que incorporar algún pero solo algún extranjerismo no esta mal, pero lo que me parece excesivo es que hay muchos en nuestro vocabulario diario.

    Pienso que la gente que siempre esta hablando con extranjerismos parece que sea de alta clase social y que sepa mucho ingles, esto no tiene porque ser así, porque con el simple echo de ver la tele ya te bombardean con extranjerismos.
    Lo que sería el colmo es que nuestra propia palabra SIESTA la dijéramos con acento americano, eso no lo podemos permitir.

    Pero una ultima reflexión, ¿Por qué nos bombardean con extranjerismos americanos y no con otros?

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  5. Con el uso de extranjerismos el idioma se enriquece y se hace mas moderno. En la actualidad parece que si no utilizas extranjerismos estas anticuado, por lo que de esta forma, países como Inglaterra o Estados Unidos serian países tercermundistas ya que no utilizan extranjerismos, aunque a lo largo del tiempo hallan adoptado una gran cantidad de palabras.
    Para poder ayudar a las dos potencias económicas y tecnológicas mundiales los españoles podríamos enseñarles palabras como SIESTA, la cual aparece en el texto, CHIRINGUITO, CHULETA, ALMACÉN, para sustituir las palabras sajonas "shop", "rosbif" y "store".
    No estoy en contra de los extranjerismos pero creo que un idioma tiene suficiente riqueza como para nombras a las cosas cotidianas con su nombre y no con un extranjerismo, porque al final todos los idiomas acabaran siendo extranjerismos de otras y los siglos de evolución de las lenguas propias de cada lugar se perderán irremediablemente, perdiendo así una riqueza cultural incalculable.

    Samuel Bruno Berenguel Baeta

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  6. Supongo que un idioma está siempre en continuo cambio y evolución, por lo que con el paso del tiempo, va cambiando y nadie va a poder frenarlo. Hablando propiamente del castellano y de los extranjerismos, en este caso anglicismos, pues es el inglés el idioma de referencia.
    Todos los idiomas, en mayor o menor medida, toman anglicismos, es por eso por lo que no veo mal el uso de extranjerismos. En muchas ocasiones nos pueden ser útiles (a mucha gente le gusta el fútbol y no el balompié y luego durante el partido se pueden dirigir al linier, no juez de línea, con palabras malsonantes). Pueden ser prácticos porque con una sola palabra nos podemos expresar más claramente, en castellano para decir lo mismo necesitaríamos dos o tres palabras. Sin embargo, otras veces no nos aportan nada más que la sensación (y no feeling, por cierto otro extranjerismo más) de carisma (que mucha gente diría que los extranjerismos te hacen ser cool). Es cierto que están muy extendidos y la gente los usa para muchas cosas, para casi todo diría yo. La verdad es que en el texto que hemos leído, sí he visto extranjerismos que acostumbro a decir, tales como bacon, tupper... pero también muchos otros que no, como al bizcocho plumcake o pedir lunch en vez de aperitivos fríos.
    No creo que los extranjerismos sean malos y que vayan a acabar con el castellano, con el paso de los años, habrá algunos que seguirán estando entre nuestras palabras como fútbol, volley, basket, parking o ticket, pero quizás, o esa es mi opinión, como si de una moda se tratara también habrá muchos que dejarán de usarse y eso, seguramente será así porque hoy en día la moda es el inglés. Muchos adolescentes llevan los pantalones caídos, pero años más adelante puede que ya no se lleve eso porque la moda ya no será así. Lo mismo ocurre con los idiomas.

    Diego

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  7. Hoy en día, nos encontramos con una lengua castellana que esta haciendo el uso abusivo de anglicismos
    que conlleva a la eliminación de otros términos de igual significado. Como por emeplo en vez de pañuelo, utilizamos
    un kleenex. Pero también existen algunas palabras que siendo originalmente propias del idioma español con el
    tiempo ha pasado a formar parte de manera oficial al idioma inglés pero conservando sus grafías. Como por ejemplo
    las palabras siesta y rodeo. Es decir, que el intercambio de vocabulario es un proceso normal entre lenguas que están
    en contacto, y el español y el inglés lo han estado siempre.


    Jorge Marin.

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  8. El uso y abuso de los extranjerismos no nos lleva a ninguna parte;debido a que no todo el mundo puede comprenderlos y eso nos lleva a una mala comunicación, por no hablar de si estos se usan y pronuncian como se debe.Desde mi punto de vista opino que ya hay demasiados sinónimos en castellano como para ahora cambiarlos a otra lengua.

    Susana Sánchez

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  9. Mi abuela suele sorprenderse y a la vez mosquearse cuando escucha palabras tales como “kleenex” o hall en vez de pañuelo y entrada, ya que piensa que sabiendo castellano hay veces que no lo entiende.

    La lengua, ha evolucionado a lo largo del tiempo y con ello se van incrementando el número de palabras procedentes de otros idiomas, hecho que me parece perfecto, pero como todo, tiene su límite…se está llegando a un exceso en el uso de los mismos. Hay personas que cambian el lenguaje por el simple hecho de que suene mejor, o crean términos absurdos de forma constante pensando que tienen el poder sobre el lenguaje. Como reflexión pienso que todo cambio e innovación puede aportar muchos buenos aspectos tales como acercamiento entre lenguas, pero a pesar de todo ello, sienso que la situación actual ha superado los límites.

    Sofía Marqués

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